Alimentación, (uso de la sal)
La sal es uno de los condimentos de mayor
antigüedad. Además de realzar el sabor de nuestros platos y guisos en la
cocina, diversos alimentos la incluyen en su composición por su potente acción
conservante. Del mismo modo, la sal contribuye a
que nuestra dieta diaria sea más sana y equilibrada, siempre que
la tomemos en las proporciones adecuadas. Y es que, sin darnos cuenta a menudo
cometemos excesos y abusamos de este condimento, cuyas necesidades diarias son
muy reducidas (bastan dos gramos de sal, lo que equivale a
una cucharadita).
1. La sal es una combinación química de sodio y cloro, y es la porción de
sodio la que causa los problemas en algunas personas con hipertensión. Al
contrario de lo que mucha gente cree, tener la tensión arterial elevada no es
sinónimo de nerviosismo o inquietud, por lo que no se trata de un problema que
pueda controlarse mediante técnicas de relajación o manteniendo la calma.
2. Comer con menos sal, no solo incluye condimentar menos nuestros platos,
sino también reducir el consumo de determinados alimentos que contienen
proporciones elevadas de sodio. En este grupo se hallan determinadas carnes
(jamón york, embutidos), vísceras (riñones, hígado), quesos curados etc.. Los
intesificadores de sabor tipo sopicaldos, mostazas, y salsas de tomate,
asimismo, son muy ricos en sal.
3. Es recomendable disminuir de forma progresiva el consumo de sal para que el paladar
de la persona pueda acostumbrarse.
4. Aparte de llevar
buenos hábitos de vida, una alimentación equilibrada contribuye a preservar
nuestra salud futura y a prevenir numerosas enfermedades. En este sentido el
queso fresco resulta un elemento básico dentro de cualquier tipo de dieta, ya
que contiene menos sodio y ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas
que padecen hipertensión y a prevenirla.
Sigue leyendo: http://salud.uncomo.com/articulo/como-usar-correctamente-la-sal-en-la-dieta-3355.html#ixzz3ByLZf94p
CLAUDIA CAZENEUVE
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